No hay muchos directores portugueses que sean conocidos, o mejor dicho reconocidos a nivel mundial. Sin embargo Raul Ruiz es uno de ellos. Ahora nos presenta su nuevo filme, denominado Misterios de Lisboa, el cual presenta muestras de lo que el cine de Portugal está intentado ser. Es que se trata de un cine que aún no ha logrado encontrar si identidad, aunque con películas bastante particulares está intentando conseguirla de manera definitiva.
En esta película portuguesa se mezclan, las pasiones, las historias de amor, la venganza, los misterios, las revelaciones y desventuras, y las grandes aventuras de los diferentes personajes que transitarán la historia. Todo ello se enmarca en un contexto de viaje en el cual los conflictos y las frustraciones no faltarán a través de Francia, Italia, Brasil y la propia Portugal.
Así aparece una ciudad de Lisboa que nunca antes se había mostrado así en la pantalla grande. Una Lisboa cargada de dudas, intrigas, enigmas e identidades ocultas, se encuentran un gran número de personajes quienes se encuentran vinculados entre sí, y de alguna forma u otra, todos se encuentran asociados a la vida y destino de Pedro da Silva, un huérfano que se encuentran internado en un colegio.
Personajes como el padre Dinis, quien es un descendiente de una familia de aristócratas libertinos que se ha vuelto un justiciero con los años, una condesa que cegada por los celos y la sed de venganza hará cualquier cosa con tal de lograr su objetivo, y un pirata completamente sanguinario sin escrúpulos que se ha convertido en un próspero hombre de negocios, aunque nunca se sabe cuando se puede volver al pasado en en cuanto tiempo, se llevan el relato.
Es una película interesante aunque los excesivos 266 minutos hacen que se torne bastante aburrida la historia en determinado momento. Hay cosas que se podrían haber evitado, pero en general es un filme particular para lo que es este cine portugués que se encuentra en búsqueda de identidad aún.
