Marlon Brando y las canciones que su madre le enseñó

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Uno de los actores camaleónicos por excelencia de la Historia del Cine es . Nacido en 1924 en el seno de una familia problemática en Omaha (Nebraska, E.E.U.U.), alcanzó la gloria teatral y cinematográfica gracias a un talento innato que le permitía meterse en la piel de muy diversos caracteres. Su historia de amor-odio con la interpretación comenzó cuando una profesora del colegio le comentó que pensaba que tenía madera como actor.

Lo cierto es que él nunca sintió vocación por su profesión; a decir verdad, para él no era más que eso, una profesión como otra cualquiera. Él mismo lo repitió en innumerables ocasiones, y fue éste un motivo de enfrentamiento con los medios de comunicación. Su actitud hacia la profesión de actor le llevaba a despreciar la propia industria y todo lo que la rodeaba.

Expulsado del colegio en varias ocasiones, se trasladó a Nueva York y decidió probar suerte en lo único que alguien había pensado alguna vez que podía ser bueno. Sus primeros pasos fueron en el teatro, donde, de la mano del dramaturgo Tennessee Williams, batió récords de taquilla y atrajo la atención de los cazatalentos de Hollywood.

De esta etapa teatral cabe destacar el personaje de Stanley Kowalski, el protagonista de la obra de Williams Un tranvía llamado deseo, llevada luego a la pantalla por el cineasta Elia Kazan. Brando repitió papel en la versión cinematográfica, y fue acompañado en la réplica femenina por una espectacular Vivien Leigh, la inolvidable Escarlata de Lo que el viento se llevó.

Elia Kazan se convirtió en algo parecido a un mecenas para el actor. Éste creció interpretativamente junto a él y los otros dos filmes que hicieron juntos: ¡Viva Zapata! y La ley del silencio. En ésta última, Marlon Brando interpreta a un joven estibador del puerto de Nueva York que es testigo de las arbitrariedades de sus jefes corruptos y decide enfrentarse a ellos. En la primera se mete en el papel del revolucionario mexicano Emiliano Zapata.

El tándem Kazan-Brando es también ún símbolo del archiconocido Actor´s Studio, la escuela de actores neoyorquina más glamurosa y que despierta mayor interés entre los aficionados al cine y los mitómanos. En ella formaron sus tablas intérpretes como Marilyn Monroe, Montgomery Clift o James Dean. Durante años fue la meca de todo aquel aspirante a actor que ansiaba un puesto en el olimpo de las grandes estrellas.

La vida de Marlon Brando fue turbulenta y desafortunada. Al final de su vida escribió una autobiografía, que tituló Las canciones que mi madre me enseñó, pues fueron las canciones que su madre le enseñó aquello que con más ternura recordaba de lo que había sido su infancia.

Dotado de una belleza magnética fuera de lo común, causaba impresiones encontradas en las personas que lo conocían, y que lo describían como un hombre multifacético que tenía dentro de sí un niño y al mismo tiempo un punto agresivo que le hacía ponerse a la defensiva. Sea como fuere, lo cierto es que tenía un talento camaleónico para la interpretación y que conmueve en muchas de sus interpretaciones.

Su físico fue deteriorándose con el paso de los años, de forma que los caracteres que interpretaba cambiaron. Para Apocalipsis now, Coppola le pidió que perdiera peso para interpretar al coronel Kurtz, pero no lo hizo. El resultado fue que tuvieron que retocar su personaje hasta el punto de hacerle aparecer en la penumbra y con la cabeza rapada para acentuar la sensación de autoridad que debía emanar de él.

Éste fue probablemente el último gran papel al que dio vida el actor. Después, su aura perdió fulgor y participó en filmes mediocres fácilmente olvidables. Queda, por suerte, toda una técnica interpretativa combinada con todo un talento innato en casi todos los filmes de sus años dorados, que son, esta vez sí, fácilmente inolvidables.

One comment

  1. Querida Berta,

    Tus articulos me parecen brillantes, no me canso de leerte, bien redactados, completos e informativos para el publico… muy lejos de lo que se sule ver por aqui..

    No te canses de escribir y plasmar con ese vocabulario sencillo y a la vez fino a los que nos gusta leerte..y asi apasionarnos mas aun por el cine que nos presentas.

    Un Saludo
    Franc

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