La pantalla que refleja una gran luz

IraCine1

Hay un lugar lleno de misterio, donde puede ocurrir cualquier tipo de historia, puede existir un tema infantil, temas y problemas de adolescentes, los adultos pueden ver  el reflejo de su vida en un par de horas –bueno, no solamente los adultos-, pueden vivir en esa pantalla seres de otro mundo, seres mágicos, sacados de las entrañas más profundas de algún cerero que empezó a formar ideas, haciendo sinapsis entre sus neuronas hasta crear cosas o series que pueden resultar abominables, burlones, sucios o tan tiernos y lindos como un gatito.

Se puede acudir en cualquier día de la semana, el mes, prácticamente todo el año – a menos que por alguna razón especial  o catastrófica lo impida -, nos permite por varios minutos y más segundos,  relajarnos y disfrutar de la magia de una historia, que va de la realidad a la ficción, nos puede sacar carcajadas, lágrimas, molestia, indignación o cualquier sentimiento que nos pueda producir estar frente a esa pantalla grande, donde existen muchas butacas, donde hay muchas personas alrededor –algunas veces molestan mucho a sus vecinos ya que no dejan escuchas porque murmuran mucho-  regularmente con algo para tomar y algo para comer –no pueden faltar las palomitas-

Esa pantalla grande que refleja esa luz, que nos hace viajar – casi como lo hace un libro- a distintos lugares y crear emociones en nosotros, nos mantiene cada semana a la espera de saber  cuáles serán los próximos estrenos que podremos ir a ver, a revisar  nuestra agenda para organizarnos con nuestros compañeros, pareja,  hijos, etc… Para poder ir a disfrutar de una gran película al cine, poder llegar con ese entusiasmo que desata y por unas horas hacer que nuestro cerebro sufra de alucinaciones y bastantes cargas de energía que lo hagan salir de esa pantalla y llegar  al universo.

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