El cine vs. la televisión

El cine tal y como lo conocemos en la actualidad no fue siempre así. De hecho en sus comienzos era algo verdaderamente extraño, no tenía colores, audio, ni efectos. Algo que hoy en día parece realmente increíble, pero así fue. Sin embargo no nos basaremos en los comienzos del cine, sino en una época en la que hubo un quiebre bastante particular que hizo que muchos directores, actores, y productores se replantearan como hacer las cosas.

Estamos habalndo de la década de 1950, etapa en la que Estados Unidos tenía un buen pasar al menos económico, debido a su triunfo en la segunda guerra, y un gran equilibrio en lo referente al ocio. Así surge la televisión, una caja mágica pequeña que representa toda una amenaza para el cine. Es que con este nuevo aparato el número de espectadores de la pantalla grande desciende notoriamente, por lo que los cineastas comienzan a buscar maneras alternativas de atraer más gente a las salas.

De esta forma se decide darle al público algo que la pantalla chica no podía: espectacularidad. Es así que se vuelve a las producciones en color, se agranda la pantalla y se convierte al sonido en estéreo. Hay que recordar que con la segunda guerra mundial, muchos directores habían abandonado las realizaciones en colores, ya que el blanco y negro a veces reflejaba mejor el contexto en el que se desarrollaban los filmes.

Pero con la llegada de esta pequeña amenaza que desde un principio le quietó público a los cines, no quedaba otra. Además los primeros televisores transmitían en blanco y negro, por lo que el color era una ventaja exclusiva de las grandes películas. Con el sonido pasó algo similar, se mejoró mucho para que los espectadores volvieran a las salas.

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