El CinemaScope

Este ha sido un sistema de filmación caracterizado por la utilización de imágenes amplias tomadas en la filmación, logradas al comprimir una imagen común dentro del cuadro estándar de 35 mm, para después descomprimirla en el momento de la proyección, consiguiendo una proporción mucho más amplia (más ancha que alta). Esto se conseguía gracias al uso de lentes anamórficos especiales que se instalaban en las cámaras y en las máquinas de proyección.

Otra de las ventajas de este nuevo sistema, además de la imagen más ancha, era que proporcionaba nada menos que 4 pistas magnéticas de sonido en 35 mm. (izquierda, derecha, central, y surround), cada una independiente de las demás. Así se podía usar el sonido dentro de la misma película, sin necesidad de usar otra como ocurría en el Cinerama, donde la sincronización era otro problema.

El primer filme rodado en CinemaScope fue “El manto sagrado” (1953), producida por la Fox, y dirigida por Henry Koster. Sin embargo este sistema que parecía tan innovador tenía una falencia importante: en el centro de la imágen se producía una especie de distorsión, que no permitía hacer primeros planos en el centro de la pantalla. Así, por lo general se evitaron este tipo de planos durante varios años, aunque en caso de necesitar hacerlos, los directores se las ingeniaban para llevarlos a cabo a un costado de la imagen, para que se viera bien.

Los planos más cercanos debía efectuarse a un lado del encuadre. Esta fue la principal desventaja de este sistema que era casi perfect

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